En nuestra cultura
está bien visto que un@ se aflija
o sufra a la par de sus seres queridos;
sin embargo,
eso sólo aumenta el pesar.
Si interpretamos nuestro pesar desde otro nivel,
esto significa
que creemos más en el poder de la enfermedad
o la crisis
que en la solución.
Cuando te afliges por la enfermedad
de un ser querido,
agravas esa enfermedad,
le das más fuerza y poder,
alimentando a la víctima en su propia victimización.
La solución es hacer un esfuerzo personal
y reconocer que,
más allá de nuestro entendimiento,
hay una Inteligencia Superior
que está actuando y
que tiene el poder de restaurar completamente
a nuestro ser querido,
si así lo desea dicha persona.
Lo mismo ocurre con cualquier tipo de problema o crisis.
Si nos afligimos,
es porque nuestro ego
ha aceptado que hay una fuerza más potente
que el Poder Divino.
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